jueves, 29 de mayo de 2014

El paraíso de Eloísa

Eloísa Bocourt Vigil le cambió el color a la ladera de una montaña. Hace unos meses el patio de la casa que habita se le quedó pequeño, y quizás fueron las mismas plantas que con tanto cariño cultiva las que le pidieron más espacio, o la necesidad de buscar un empleo para toda la familia que le garantizara trabajo e ingreso a su esposo y su hijo.

Realmente no es Malo

Siempre que le preguntan su nombre dice que es El Malo. Tiene apenas unos ocho años y comparte su día entre la calle y la escuela. Busca en cada casa una familia, una madre que le de cariño, un padre que le pregunte por lo que aprendió en la escuela, hermanos, tíos, abuelos. El Malo anda siempre persigueindo a quién abrazar y a quien dar cariño, aún cuando su madre, su padre y el resto de su familia están vivos y algunos muy cerca de él, conviviendo, o mejor dicho, malviviendo, en el mismo lugar.