miércoles, 17 de septiembre de 2014

La luz de mi oscuridad



Sucedió como dicen que pasa cuando muere la gente buena. Sobre el cementerio, caprichosamente, quiso llover justo a la hora de dedicarle el último adiós. Mi abuela dejó este mundo casi sin despedirse, con una enfermedad que de la noche a la mañana decidió manifestarse y que la hizo pedir a veces en silencio y otras a gritos abandonar la vida de una vez y por todas.

El regreso

Demasiada ausencia la de estos días, demasiado dolor para ocuparme de escribir, pero al final una siempre regresa, al este espacio moderno de confesiones, de volcar sentimientos y dejarlos plasmados quién sabe en qué parte de este mundo para que alguien más venga, los lea y comparta con una.
Hoy, después de muchas tormentas, avizoro un poco de calma, y vuelvo a este blog, al de siempre, a este diario moderno que guarda penas y alegrías, y ojalá que en mucho tiempo no me ausente, y siga aquí, escribiendo para mí y para quien quiera leerme.
La vida es compleja, y te regala de todo, pero hasta a lo aparentemente malo hay que encontrarle un pedacito positivo, así que vuelvo con el propósito firme de no desaparecer de nuevo, de continuar llenando estas páginas de historias, con la firme voluntad de seguir de pie aunque las circunstancias intenten derrotarme. Vuelvo esta vez más fuerte, más convencida, más llena de vida, y espero que a mi lado estén muchos de los que hoy me leen.
Este es entonces, mi regreso oficial al blog, y lo hago con un post que escribí en medio del dolor por la partida de mi abuela, y que no había tenido todavía el valor de publicar.... para abuela, donde quiera que esté....mi amor, mi cariño, y un beso.