jueves, 2 de febrero de 2017

Un pacto bendito con el agua

Los sembrados de piña abundan mucho por estos lares
Un camino tortuoso de piedra y barro, labrado entre las montañas de la Sierra del Rosario conduce a Machuca: un sitio privilegiado de San Cristóbal donde hombre y naturaleza se funden de manera pacífica y el agua, para ellos bendita, es fuente de sanación y motiva la fe de la mitad de los pobladores.
Allí, muy cerca de lo que pudiera considerarse el centro de la comunidad, vive Aracelio Miranda, fuerte a sus más de siete décadas, pese a no haber ido nunca al médico ni tomado medicamento alguno.
¿La razón? Él y su familia son fieles a una creencia surgida en Viñales desde la década del 30.