Gretel
Claudia Mérida a sus 17 años mucho sabe de amor, aunque no pueda
expresarlo. Al cariño inmenso y la dedicación de sus padres y hermanas,
añadió cuotas extras que le llegaron, entre otros, de manos de los
norteamericanos Will y Patty, quienes, pese a la barrera idiomática,
supieron hablar con el lenguaje del corazón y le ajustaron una silla de
ruedas lo más cómoda posible.
A sus seis años nunca había tenido uno de
estos equipos adaptado a sus dimensiones, y ahora lo recibió gracias a
un trabajo conjunto entre el ministerio estadounidense Joni and Friends,
su proyecto Wheels for the World (Ruedas para el Mundo), la Aclifi m y
el Consejo de Iglesias de Cuba.