miércoles, 30 de octubre de 2013

La magia de un timbre

Muchos critican las nuevas tecnologías, y hasta lo he hecho, pero anoche agradecí tener celular. Aunque cada mes me duela desembolsar parte de mi salario en ese vil aparatico que consume todo el saldo en dos palabras, anoche lo amé, porque sonó cuando más lo necesitaba, cuando me hacía falta saber que del otro lado alguien estaba pensando en mí... Y lo mejor fue que sonó insistentemente , dos timbres, tres... y otra vez marcó, y otra.
Aunque no lo podía contestar cada timbre me levantaba el espíritu, me llenaba el alma. Entonces la presión baja de mami dejó de sonar tan traumática, y el dolor de cabeza cedió, y el alma recibió una inyección de alegría, de satisfacción. Y pude dormir mejor.
Pero no le bastó con darme tanta felicidad y quizo duplicarla. Entonces, en complicidad con mi reloj, quiso ser despertador y los dos sonaron a la misma hora, para que mi amanecer fuera mejor, y de veras lo fue. No pude aguantar y contesté... quería oir la voz que por estos días trae tanta alegría. Ahora mi celular tiene menos crédito, pero mi corazón late mejor, porque se que, aún lejos, hay alguien que necesita timbrarme para hacerme saber que está ahí... al lado mío.

2 comentarios:

  1. LIndo Adia!! No importa q se nos cabe el credito en ese "aparatico" jajaja A mi se ha desemboldo mas q un salario con los mensajes pq tampoc puedo contestar!!! jajaja ;)

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    1. Tienes razón Joha, una sola llamada puede arreglar un día... y hasta una vida entera... no importa que se acabe el salario en responder

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