A cada paso descubres un nuevo brigadista, un nuevo amigo, un apasionado de
Cuba y un luchador por las causas justas. Muchos viene por primera vez, pero
otros son de la casa. Aunque la mezcla de idiomas y culturas dificulta a veces
el entendimiento, la solidaridad sigue siendo la mejor arma de comunicación
entre cubanos y extranjeros que comparten espacio en el Campamento
Internacional Julio Antonio Mella, institución que ha albergado a miles de
brigadistas que vienen a Cuba a compartir los sueños, realidades, voluntades y
lucha de los habitantes de esta tierra en Revolución.
El
proyecto inició en enero de 1972. Jóvenes de 27 naciones llegaron a Cuba para
materializar una idea de la Federación Mundial de Juventudes Democráticas de construir
una escuela secundaria básica en el campo y 28 viviendas para obreros del Plan
Genético Los Naranjos en menos de seis meses. Les acompañaron en el empeño 132
jóvenes cubanos de la Comuna Juvenil Seguidores de Camilo y Che.
Entrada del Campamento Internacional Julio Antonio Mella, ubicado en Caimito |
La
Brigada internacional llevaba el nombre de Julio Antonio Mella, un homenaje al
joven luchador. Puesto que las labores precisaban de un lugar para albergar a
los jóvenes fue construida una edificación en las cercanías de los terrenos
donde estaría enclavada la escuela.
Tras
duras jornadas de trabajo, el 30 de junio de 1972, cinco meses y 28 días
después, culminaron su obra: la escuela secundaria básica en el campo Jorge
Dimitrov, conocida por Ceiba 7 (hoy escuela Camilo Cienfuegos), y los 28
hogares para obreros del Plan Genético Los Naranjos.
En
el mismo sitio del albergue nació entonces el Campamento Internacional Julio
Antonio Mella, perteneciente al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, un
sitio que transpira solidaridad y honra el trabajo voluntario. Aunque el lugar crece
por día y son más los amigos, los objetivos siguen siendo los mismos. Para
ampliar y profundizar los lazos de amistad y solidaridad de Cuba con los
pueblos del mundo y de estos con Cuba.
Raúl
Abreu Chávez, director del campamento, explica que «cada año llegan alrededor
de 12 brigadas desde distintos rincones del mundo para laborar voluntariamente
en la agricultura, la construcción y otras ramas productivas. Conocen de cerca
la realidad cubana, intercambian con los habitantes del archipiélago y plantan
semillas de amor, amistad y solidaridad entre los pueblos. Se suma otros grupos
de amigos, estudiantes y miembros de asociaciones de amistad y solidaridad con
Cuba.»
«A
su regreso a otros países — precisa— contribuyen a disipar las mentiras que
sobre nuestra Revolución transmiten los medios de comunicación y enarbolan
banderas de lucha por nuestras causas. Ellos también batallan por el cese del
bloqueo contra Cuba y por la Liberación de Gerardo, Fernando, Antonio, Ramón y
René. De hecho ya es tradicional el intercambio de los brigadistas con
familiares de Los Cinco. » Atesoran además piezas enviadas por Gerardo
Hernández desde la cárcel en 2005 y 2001.
José
Martí también está presente. En el centro existe desde el 2009, por iniciativa
de Armando Hart, un Club Martiano, un Bosque Martiano y la biblioteca Sergio
Corrieri, con un espacio especial para la obra del Apóstol.
Emilio Hernández Concepción, presidente del Club
refiere que «a través de nuestro trabajo, el resto del mundo puede conocer la
obra de José Martí, pues los brigadistas, al regresar a sus países, divulgan su
vida y obra, fundan clubes, bibliotecas y hasta bosques martiano. »
Más
de cien mil amigos han pasado por este sitio y dejado una huella de hermandad,
una muestra de cuánto pueden juntarse los pueblos del mundo en la lucha por el
bien de la humanidad.
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