viernes, 22 de marzo de 2013

No debería ser verdad

La muerte de Hugo Rafael Chávez Frías sorprendió. Una nunca espera que los buenos mueran, una nunca está verdaderamente preparada para ver morir a los soñadores, a los que luchan por la vida. Pero la muerte siempre llega cuando no la queremos, cuando menos la esperamos, y toca resignarse y emprender de nuevo el camino, aunque sin ese guía certero, solo con la línea clara que dejaron sus ideales y la convicción profunda de que, desde donde esté, el héroe venezolano de la sonrisa amplia y sincera, seguirá iluminando a Cuba, a Venezuela y a América toda.

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