lunes, 23 de diciembre de 2013

Solo... y por su culpa



El viejo Alberto se va a morir solo. Tiene familia, y vecinos, y compañeros de trabajo, y vive rodeado de gente, pero no se ha preocupado por sembrar cariño.  Desde hace tres años tuve, digo yo que la desgracia, de conocerle. Sobre una guagua naranja, tan desecha en pedazos como su alma, transporta a los trabajadores de diferentes centros, y alumnos de escuelas, y a quien tenga también la desdicha de tener que montarse con él por obligación, porque nadie que se quiera, pasa por voluntad propia el mal rato de montar con Alberto.

Me tocó ser una de sus víctimas. Viajaba mañana y tarde con él, y su mal carácter agrió muchos amaneceres. Hasta que por suerte pude salir de su ruta y colarme en otra, para no tener que lidiar con su mala rabia, ni compadecerme de la señora mayor o la mujer embarazada que llevaban rato esperando para llegar a su destino, y pasaban inadvertidas a su mirada fría e impasible .
Las canas revelan un montón de años vividos, y el mal humor no puede ser otra cosa que sobredosis de vinagre en el desayuno.
Encima de su casiguagua Girón se cree rey, un señor todopoderoso incapaz de parar a ser humano alguno en la carretera. Cuentan quienes le conocen de su pueblo que un día dejó a su hijo botado en la Novia del Mediodía por no recoger al resto de las personas que esperaban a un alma caritativa que les recogiera. Y que pasa todos los días por frente a casa del nieto y no se baja a verlo.
Si en un inicio me apiadaba de mí porque me tocaba la agonía de verle y depender de su transporte, ahora siento lástima por él, porque es malo pasar por la vida dejando malos recuerdos, buscando el odio ajeno. Ahora se que si se poncha nadie le socorre, si el motor de su guagua no arranca serán pocos los que remolcarán su vehículo y quizás, cuando muera, quienes vayan a su entierro será solo por compromiso con los familiares que quedan vivos.

1 comentario:

  1. Adianez, con gente como Alberto nos toca lidiar todos los días, quienes a la larga solo se vuelven más solos cada día. Besos desde Cienfuegos.

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