miércoles, 5 de diciembre de 2018

Manos que edifican sueños

“Y entonces el trabajo del constructor adquiere ese aspecto noble y hermoso que tiene hoy en nuestra patria. Porque son los creadores de todas estas maravillas (…) Y entonces ya el hombre de la construcción tiene otra apreciación, se le mira con otros ojos, se le mira como verdaderos creadores: ¡los dignos hombres de los cascos blancos!”
Fidel Castro, 5 de diciembre de 1974
Son duras, ásperas, y callosas esas manos, pero guardan entre ellas muchas historias de felicidad. Con su empeño los niños tienen círculos infantiles y escuelas, y aquella pareja de recién casados ya tiene terminado su nido de amor, y la maestra y el médico viven contentos en el nuevo edificio, y la joven talentosa del barrio deleita con sus canciones en una renovada casa de cultura.
Muy pocos saben sus nombres, y a ellos no les molesta. Son héroes anónimos que andan por nuestras calles y cada mañana amanecen entre bloques, arena, cemento, cargando sobre sus hombros el peso de sacos, o curtiendo la piel al Sol, edificando los sueños de otros también desconocidos, pero que agradecen la obra de los constructores, quienes cada 5 de diciembre en Cuba celebran su día.
La fecha es un homenaje al moncadista y expedicionario Armando Mestre, otro constructor que dejó a un lado bloques y concreto para cimentar un sueño mayor, el de la Revolución, y que murió en el empeño al día siguiente del Combate de Alegría de Pío, asesinado por los batistianos.
Los cubanos celebramos ese día desde 1972, a propuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro: una jornada para homenajear a los hombres y mujeres dedicados a tan noble y difícil tarea y, por qué no, para emprender nuevos retos, donde la calidad y profesionalidad en cada obra, por pequeña que sea, constituya la meta superior.
Este 5 de diciembre sorprende a los constructores artemiseños con muchas obras por regalar al pueblo, víspera del aniversario 60 del triunfo de la Revolución. Confiando en su profesionalidad y entrega hagamos un alto en cada lugar donde exista uno, y extendámosle la felicitación y el agradecimiento a quienes Fidel definió como “los dignos hombres de los cascos blancos”.

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